La administración de los recursos de la empresa son fundamentales para su progreso, este escrito centra sus objetivos en mostrar los puntos claves en el manejo del capital de trabajo, porque es este el que nos mide en gran parte el nivel de solvencia y asegura un margen de seguridad razonable para las expectativas de los gerentes y administradores.
El objetivo primordial de la administración del capital de trabajo es manejar cada uno de los activos y pasivos circulantes de la empresa de tal manera que se mantenga un nivel aceptable de este.
El capital de trabajo puede definirse como «la diferencia que se presenta entre los activos y los pasivos corrientes de la empresa«. Se puede decir que una empresa tiene un capital neto de trabajo cuando sus activos corrientes sean mayores que sus pasivos a corto plazo, esto conlleva a que si una entidad organizativa desea empezar alguna operación comercial o de producción debe manejar un mínimo de capital de trabajo que dependerá de la actividad de cada una.
El origen y la necesidad del capital de trabajo está basado en el entorno de los flujos de caja de la empresa que pueden ser predecibles, también se fundamentan en el conocimiento del vencimiento de las obligaciones con terceros y las condiciones de crédito con cada uno, pero en realidad lo que es esencial y complicado es la predicción de las entradas futuras a caja, ya que los activos como las cuentas por cobrar y los inventarios son rubros que en el corto plazo son de difícil convertibilidad en efectivo, esto pone en evidencia que entre más predecibles sean las entradas a caja futuras, menor será el capital de trabajo que necesita la empresa.
Se dice que a mayor riesgo mayor rentabilidad, esto se basa en la administración del capital de trabajo en el punto que la rentabilidad es calculada por utilidades después de gastos frente al riesgo que es determinado por la insolvencia que posiblemente tenga la empresa para pagar sus obligaciones.
Un concepto que toma fuerza en estos momentos es la forma de obtener y aumentar las utilidades, y por fundamentación teórica se sabe que para obtener un aumento de estas hay dos formas esenciales de lograrlo, la primera es aumentar los ingresos por medio de las ventas y en segundo lugar disminuyendo los costos pagando menos por las materias primas, salarios, o servicios que se le presten, este postulado se hace indispensable para comprender como la relación entre la rentabilidad y el riesgo se unen con la de una eficaz dirección y ejecución del capital de trabajo.
«Entre más grande sea el monto del capital de trabajo que tenga una empresa, menos será el riesgo de que esta sea insolvente», esto tiene fundamento en que la relación que se presenta entre la liquidez, el capital de trabajo y riesgo es que si se aumentan el primero o el segundo el tercero disminuye en una proporción equivalente.
Ya considerados los puntos anteriores, es necesario analizar los puntos claves para reflexionar sobre una correcta administración del capital de trabajo frente a la maximización de la utilidad y la minimización del riesgo.
En consecuencia la administración del capital de trabajo tiene variables de gran importancia que han sido analizadas anteriormente de forma rápida pero concisa , cada una de ellas son un punto clave para la administración que realizan los gerentes , directores y encargados de la gestión financiera, es recurrente entonces tomar todas las medidas necesarias para determinar una estructura financiera de capital donde todos los pasivos corrientes financien de forma eficaz y eficiente los activos corrientes y la determinación de un financiamiento óptimo para la generación de utilidad y bienestar social.
Cuando se dice que un mercado es líquido significa que en ese mercado se realizan muchas transacciones y por lo tanto será fácil intercambiar activos de ese mercado por dinero.
Para una empresa o una persona, la liquidez es la capacidad para cumplir con sus obligaciones en el corto plazo. La forma más eficaz de calcular el ratio de liquidez de una empresa es dividir el activo corriente (recursos más líquidos de la empresa) entre el pasivo corriente (deudas a corto plazo de la empresa). Si el resultado es mayor que uno, significa que la entidad podrá hacer frente a sus deudas con la cantidad de dinero líquido que tienen en ese momento; si el resultado es menos de uno, significa que la entidad no tiene liquidez suficiente para hacer frente a esas deudas. El siguiente paso para una empresa es analizar su solvencia, que es la liquidez a largo plazo.
Cuando hablamos de liquidez de mercado nos referimos a la capacidad de ese mercado de intercambiar dinero por sus activos. Los mercados de valores son mercados muy líquidos, cuánto más volumen de negociación hay sobre una acción más liquido es, ya que más fácil y rápidamente podremos venderla.
Es decir, si un inversor quiere vender sus acciones y tarda apenas segundos en encontrar un comprador a través de un bróker, significa que ese activo es muy líquido. La mayoría de activos financieros son muy líquidos, ya que en la bolsa de valores participan muchos agentes que realizan órdenes de compra y venta de forma constante.
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Podemos clasificar los activos financieros según su liquidez:
existen diversas alternativas para poder administrar la liquidez y así evitar quedarte sin flujo de efectivo si tu ciclo de conversión de efectivo es lento. Veamos 4 alternativas:
Es común que una alternativa de financiamiento provenga de los proveedores.
Las cuentas por pagar a proveedores representan préstamos que recibe tu empresa en especie para su actividad empresarial. Estos suelen incrementar cuando la liquidez disponible es poca... o si se plantea una estrategia de financiamiento.
Primero, se debe considerar que el financiamiento mediante proveedores se puede clasificar en dos: aquellos que conceden descuentos de pronto pago y los que no.
Para aquellos proveedores que no conceden descuentos de pronto pago y no cobran intereses, no es necesario realizar un estudio. No obstante, sí es posible evaluar el costo que tiene para una empresa el no aprovechar un descuento de pronto pago.
Para evaluar si existe una alternativa para jinetear las compras a crédito de proveedores, mediante una fuente de financiamiento más económica, vemos un ejemplo.
Una forma de preservar el capital de trabajo es demorar más en pagar a tus proveedores.
Al negociar condiciones de pago más favorables, es posible conservar algo de dinero en el banco mientras vendes tus bienes o servicios.
Tal vez no logres que tus proveedores te extiendan el inventario a consignación, financiando así el 100% de tu compra.
Sin embargo, tener, digamos, la oportunidad de dar un anticipo y pagar el 50% del valor de la mercancía a 30 días, definitivamente te dará margen de maniobra y evitará que estés operando al día.
De conseguir un acuerdo de crédito comercial similar a este, serás capaz de crear una reserva de efectivo.
Esto se debe a que la utilidad que tendrías al vender un producto, tras haber pagado únicamente una fracción de su costo, mejora la utilización del efectivo. Pues tendrás disponible el dinero mientras llega el momento de liquidar tu crédito.
Además, tu empresa se podría beneficiar del crédito comercial por diversas razones, pues esta práctica no solo libera algo de capital de trabajo. Por ejemplo, el pago retrasado permite responsabilizar a los proveedores por productos o servicios de baja calidad.
Es decir, mitiga el riesgo de comprar productos que pueden no venderse.
Supongamos que eres un retailer y decides vender un nuevo gadget tecnológico.
Pudiste haber hecho un estudio de mercado, pero no sabes cuántos clientes te lo comprarán realmente. Al no tener la certeza, estarías asumiendo todo el riesgo sobre el inventario si le pagas de contado al proveedor, por lo que decides pedirle un lote pequeño al fabricante.
Eso, a su vez, podría perjudicarte a ti, al proveedor y al consumidor porque es posible que no haya suficientes gadgets para satisfacer la demanda, lo que generaría menos ventas y menos ingresos.
Así que los créditos comerciales impulsan las ventas de ambas partes al aumentar el tamaño del pastel para todos en la cadena de suministro: tú tienes la confianza de invertir más en inventario y eso genera más dinero para todas las empresas involucradas.
Supongamos que posees una empresa que vende productos perecederos, como alimentos.
En ese caso, por supuesto, esperas tener un tiempo de rotación de inventario mucho menor que el de una empresa que vende productos no perecederos, como automóviles o computadoras.
Para lograr tal objetivo, hay muchas formas en que tu empresa puede fomentar las ventas de su inventario y tratar de reducir su período de almacenamiento.
Estas pueden incluir promociones o descuentos para productos que necesitas vender más rápido.
Pero también puedes hacer uso de la tecnología. Por ejemplo, a medida que se vende el inventario, puedes notificar a tu proveedor para que comience el reabastecimiento, y al encargado de compras para que cruce las ventas con las proyecciones.
Al identificar el inventario promedio que requieres, la disponibilidad y la velocidad de entrega, podrás reabastecer tu stock sin reducir drásticamente tu capital de trabajo. Comprando lo justo para abastecer la demanda de tus clientes.
Si vendes a crédito, puedes ofrecerles a tus clientes incentivos por pagar anticipadamente, lo que impactará de manera positiva en tu ciclo de conversión de efectivo.
Tales incentivos pueden ser, por ejemplo, ofrecer un descuento por pronto pago y tener un programa de recompensas (ya sea mediante un descuento en su próxima compra); darles más producto por el mismo precio; o promover algún curso de capacitación.